La música criolla del Perú es consecuencia de un proceso de influencias sociales, políticas, económicas y geográficas sobre los habitantes de sus tres zonas naturales clásicas: Costa, Sierra y Selva. De entre ellas, Costa y Sierra recibieron los aportes más significativos de la música y bailes de España a través de los soldados de la Conquista y de élites dominantes durante la Colonia. En la Costa, es la zona donde la riqueza de la música española acentuó su presencia durante los tiempos de la Colonia.
María Isabel Granda Larco (Cotabamba, Apurímac, Perú, 1920 - †Miami 1983) , más conocida como Chabuca Granda. Reconocida cantautora y folclorista peruana. Creó e interpretó un gran número de valses criollos y ritmos afro-peruanos. Su tema más conocido a nivel mundial es La flor de la canela.
Nació el 3 de septiembre de 1920, en una asentamiento minero de cobre ubicada en la entonces región de Apurímac. Esta artista peruana comienza a cantar a los 12 años de edad, y forma parte del coro del elitista Colegio Sophianum por su voz de soprano. Una operación le dio la voz grave que se le conoció.
Paisana de mis alturas
Ingenua niña serrana
La de mejillas de rosa
Y largas trensas endrinas
De tu techo Colorado
Engastado a tus montañás
¿Qué ilusiones te arrancaron
Bajando de esa tu altiva montaña?
Tu dueño sirve a la patria
Y te dejó a tu cuidado
Su maicito y los trigales
Y la quinua ya sembrada
En tu tierrita escondida
Al fondo de una quebrada
Tu dueño ha de reclamarte
Después del tiempo cumplido
Su maicito y los trigales
Y la quinua ya sembrada
En tu tierrita escondida
Al fondo de una quebrada
Paisana de mis alturas
Si tú, como la retama
Floreces en la quebrada
Y en la costa no hay tu mata
La rosa de tus mejillas
Se está poniendo azafrana
Vete cuanto antes paisana
Vuelve sube a tu altiva montaña
Tu dueño sirve a la patria
Y te dejó a tu cuidado
Su maicito y los trigales
Y la quinua ya sembrada
En tu tierrita escondida
Al fondo de una quebrada
Tu dueño ha de reclamarte
Después del tiempo cumplido
Su maicito y los trigales
Y la quinua ya sembrada
En tu tierrita escondida
Al fondo de una quebrada