Cierra los ojos,
ahora déjate llevar,
hay detrás una sonrisa,
algo nuevo que empezar.

Si se viviese solo de inicios,
de la ilusión de la primera vez,
cuando todo te sorprende
y nada aún te pertenece.

Pensarías en el olor de un libro nuevo,
en el de la pintura fresca,
en un regalo por abrir,
en el día antes de la fiesta,
en el ventiuno de marzo, en el primer abrazo,
en una pluma entera, en la primavera,
en el miedo a debutar,
en la meta que alcanzar
y entre la salida... y la llegada.

En el medio está todo el resto
y todo el resto es un día tras otro día
y un día tras otro día es
silenciosamente, contruir
y construir es saber
y poder renunciar a la perfección.

Pero el final es, seguro, más teatral,
así de una historia eso es lo que solemos recordar,
como la última mirada, la última llamada,
la última función antes que caiga el telón,
entre la espera y su cumplimiento,
entre el primer tema y el testamento.

En el medio está todo el resto
y todo el resto es un día tras otro día
y un día tras otro día es
silenciosamente, contruir
y construir es saber
y poder renunciar a la perfección.

Yo te tengo la mano,
quédate aquí,
caerá la nieve, en breve.