Era una noche lunar
Placida, quieta y serena
Tres hombres van por la arena
Hacia la orilla del mar
Los tres se echan a nadar
Sin una pizca de pena
Esto no les envenena
Cuando comienzan el reto
Y nadie les ve trepar
A la Baja del Secreto
Dice Hupalupo resuelto
Tendremos una asamblea
Nadie hay aquí nos vea
Gracias a Dios puedo hablar
Libremente respirar
Y triunfará nuestra idea
Como sabemos, el conde
Ni honor, ni la ley respeta
Nuestra desdicha es completa
Y eso no se nos esconde
¿Adónde vamos, adónde
Que no seamos azotados?
Por eso los he llamado
Para dar muerte a esa fiera
Y librar a la Gomera
Que sean sus hijos esclavos
Esto solo Dios lo oirá
Aunque el tiempo y el destino
Hagan suyo el desvarío
Y Canarias, y sus hijos lo sabrán
¡Ay! La muerte
La muerte se le dará
Que nuestro Dios
Nos ampare
Que nuestro Dios
Nos ampare
Esto no hay quien lo escuchare
Pues si en la tierra se apaga
Como el agua se filtrara
Pues la tierra es hembra y pare
La muerte se le dará
Que nuestro Dios nos ampare
¡Yo mataré a ese bandido
El alma le arrancaré!
¡De su sangre beberé!
Dijo Pedro enfurecido
¡Ese perro ha pretendido
Deshonrar a mi adorada
Esa flor pura y sagrada
Por quien venera mi pecho!
¡Yo vengaré ese mal hecho
O de mí no queda nada!
Y luego con ligereza
Debemos sin vacilar
A San Sebastián llegar
Y dar muerte a la condesa
Y arrancarle con fiereza
Ese vil y gran sarmiento
Para que se acabe el cuento
Arrancarlo de raíz
¡Muera también Beatriz
Para ejemplo y escarmiento!