Despierta, joven amada
Concluye tu dulce sueño
Y escucha el eco halagüeño
Al soplo de esta alborada
Los jilguerillos en bandada
Vuelan ya en lontananza
Mientras yo en tu alabanza
Te canto, joya preciada
Escucha, bella sultana
Mi plañidero acento
Que al son de este instrumento
Lanzo al pie de tu ventana
Y si tu sueño profana
Esta mi lánguida estrofa
Perdón te imploro, mi diosa
Vívida rosa temprana
A ti, rosa de mi cielo
Difundo mi humilde canto
Bajo un tórrido quebranto
De tortura y desconsuelo
Escucha pues, dulce anhelo
Este gemido incesante
Que exhala tu fiel amante
Semimuerto de desvelo
Ya el tinte de la aurora
Salpica el bello horizonte
Y canta en el alto monte
Esa calandria cantora
Anunciando ya la hora
De un amanecer dichoso
Con su gorjeo armonioso
Y poemas halagadores
En las inmensas alturas
Esa Luna soberana
Embellece el panorama
Con su nítida blancura
Y en la lejana espesura
Las aves trinan volando
Mientras se anuncia cantando
El astro rey qué fulgura
Levántate, niña hermosa
De tu cuna perfumada
Y ten piedad, bien amada
De mi lira quejumbrosa
Que en su nota misteriosa
Te hizo perder la calma
Despertando a tu alma
De su sueño color rosa