Te guardo en el humo del café que ya se enfrió
En el espejo roto donde tu risa se perdió
Mis dedos aún recuerdan cómo temblabas al cantar
Y el silencio que dejaste, no lo puedo soportar
Perdón si fui cobarde, si mis promesas se rompieron como cristal
Pero cada noche vuelves, como sombra, como sal
Dueles tanto, con tus ojos de tormenta y tu dulzura de azúcar morena
Dueles tanto, porque el amor que te di, nunca supo decir: Basta ya
Y aunque el tiempo me arrugue, y el mundo nos olvide
Tú sigues siendo el verso que mi alma no termina
Encontré tu retrato entre cartas sin mandar
Tu perfume aún vive, no lo puedo borrar
La Luna nos espía desde aquel balcón de abril
Donde juramos eternidad, y nos falló el porvenir
Perdón si fui ausente, si mis brazos se volvieron soledad
Pero cada madrugada, me abrazas sin piedad
Dueles tanto, con tus ojos de tormenta y tu dulzura de azúcar morena
Dueles tanto, porque el amor que te di, nunca supo decir: Basta ya
Y aunque el tiempo me arrugue, y el mundo nos olvide
Tú sigues siendo el verso que mi alma no termina
Dicen que el olvido sana, pero yo, prefiero recordarte mal
Con las heridas abiertas, y el corazón en jaque mate
Dueles tanto, con tu fuego de diciembre y tu llanto de mujer
Dueles tanto, porque amarte fue mi cielo, y mi cárcel también
Y si un día me entierran, graba esto en mi cruz
Aquí yace un loco, que murió por tu luz
Dueles tanto, siempre, tú