 
    Me puse a volar 
en un viaje para locos 
sin tren de aterrizaje 
de un lado para otro. 
Abrí mi corazón 
de dentro para afuera 
y me dejé llevar 
por la llma de una vela. 
Llama que nunca se apaga 
llama que a veces te quema 
se movía con la brisa 
y yo me movía con ella. 
Me dejé llevar 
cruzando la frontera 
de la locura sin mesura 
cegado por la vela